El Wokismo: ¡un infierno sembrado de buenas intenciones!

Desde hace años, los objetos, los movimientos y las modas atraviesan el Atlántico para aterrizar en Europa: como pasó con el chicle y la Coca Cola a finales de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento hippie en los años 70, o facebook y twitter desde hace unos años, etc.

Y el wokismo últimamente.

El adjetivo “woke” incluso entró a formar parte en los diccionarios a partir de 2022.

Si ciertas modas, ciertas corrientes han permanecido inofensivas, no es el caso del wokismo.

Sin embargo, el movimiento nació por una expresión un tanto coloquial «stay woke» (permanecer despierto) utilizada para designar a quienes luchan contra la discriminación racial, sexista en particular, a raíz del Black Lives Matter de 2013, manifestándose en el ámbito cultural en la forma de luchas contra los supremacistas blancos, masculinos y heterosexuales..

¡Hacer sociedades más justas, más equitativas, un verdadero y noble objetivo!

Salvo que, en USA y en Europa, los militantes del wokismo quieren “limpiar” todo: la sociedad, la literatura, el arte,las culturas.

La «limpieza» tomó la forma de una cruzada destinada a regenerar el mundo, la forma de un comunitarismo sectario, de una cacería de brujas contra quienes son acusados ​​de tener la piel demasiado clara o de haber tenido antepasados ​​colonialistas, rechazando la mezcla étnica, reescribiendo la historia, aunque perturbe, etc… Las armas del wokismo no son ni el látigo ni la lapidación como en el islamismo radical, ni la hoguera como en la Edad Media, sino que son las herramientas informáticas y las llamadas redes “sociales”, el boicot, la denigración y el ostracismo

Todo ello para “deconstruir” las representaciones de la cultura dominante, hombres y mujeres que se regodean en ser “deconstructores”…

Las luchas contra la discriminación de todo tipo son legítimas, y figuran en todas las constituciones de los estados democráticos

En la C∴I∴L∴É∴, porque sabemos lo que significa ser condenado al ostracismo, luchamos contra todas las formas de estigma, pero no podemos condonar las guerras santas de todo tipo, los excesos indefendibles y la violencia engendrada por estos «cruzados del wokismo». que se parecen al KKK, pero al revés.

La justa medida, la escucha y la fraternidad no estarían de más.

He dicho∴

Y.R.

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